lunes, 22 de enero de 2018


Si,  Friedrich Nietzsche, fuera  mujer habría escrito esto:

Que yo haya sufrido mucho  carece de importancia comparado con el problema de que no seas capaz, mi estimado galàn, de reencontrarte a ti mismo. 

Nunca he conocido a una persona más pobre que tú. 
Ignorante, pero con mucho ingenio.  Capaz de aprovechar al máximo lo que conoce. Sin gusto pero ingenuo respecto de esta carencia. 

Sincero y justo  en minucias, por caprichoso en general, en una escala mayor, en la actitud total hacia la vida: Hipócrita Sin la menor sensibilidad para dar o recibir.

Carente de espíritu e incapaz de amar. En afectos, siempre enfermo y al borde de la locura. Sin agradecimiento, sin vergüenza hacia sus amigos donde muchas de los que te rodeas son falsos.

En particular: Nada fiable .De mal comportamiento. Inculto en cuestiones de honor… Un cerebro con primitivos indicios de alma. 

El carácter de un gato: el depredador disfrazado de animal doméstico. Nobleza como recuerdo del trato con personas más nobles. Fuerte voluntad pero no un gran objeto. Sin diligencia ni pureza. 

Sensualidad cruelmente desplazada. Egoísmo infantil como resultado de atrofia y retraso sexual. Sin amor por las personas pero enamorado de dios. Con necesidad de expansión.

Astuto, lleno de autodominio ante la sexualidad masculina.

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