viernes, 28 de mayo de 2021

 EL ORIGEN DE LAS ESPECIES.

El 20 de diciembre se cumplió el vigésimo cuarto aniversario de la muerte de Carl Sagan, ese gran enamorado de la ciencia especialmente de todo lo relacionado con la astronomía que logró trasmitir a muchísimas personas su pasión por nuestro hermoso Universo mediante su popular serie para la televisión “Cosmos: Un viaje personal”. Y qué nunca se olvidaría esa célebre frase que rompió paradigmas e incluso ante sus colegas más escépticos e incrédulos de la realidad inobjetable de que no somos los únicos, no estamos solos, y de que infinito es el cosmos como así de infinitas son sus especies, étnias, razas, ect, y es que lo que dijo a millones alrededor den planeta cavo  el lo profundo de todos aquellos sus admiradores.

Aunque la mayoría le recuerda por el programa citado y su faceta de divulgador científico, Sagan no solamente hizo eso ni muchísimo menos. A lo largo de su vida también contribuyó a la ciencia de otras formas, dejó un extenso y rico legado de libros y estudios y ganó diversos premios. Algunos ejemplos son el premio Pulitzer que recibió en 1978 por su obra “Los Dragones del Edén: especulaciones sobre la posible evolución de la inteligencia humana”; o la hipótesis que propuso de que Europa, uno de los satélites de Júpiter, podría albergar un océano subterráneo y ser un entorno habitable (tiempo después la misión Galileo confirmó de forma indirecta la existencia de un océano en Europa); o sus aportaciones al diseño de las misiones Mariner 2 a Venus y Mariner 9, Viking 1 y Viking 2 a Marte.

Con todo este panorama abrió el camino para creer que el cosmos alberga una variedad infinita de formas, entes, y cientos de cientos de fisonomías desde las más raras, extrañas, de increíble belleza o viceversa porque lo de arriba es igual a lo de abajo y viceversa, unas inclinadas a la luz y otras la oscuridad, el dual balance cósmico, pero que con todo eso, todo lo que existe y lo que no existe en este infinito, pensante y expansivo universo, vienen de un mismo tronco, de una sola creación, de un mismo lugar en el macrocosmos!

Pero con con todo, esto nos enseña que Copérnico y el mismo Galileo no se equivocaron con su teoría heliocéntrica, porque todo este universo gira, viaja, en una danza con una precisión y simetría como al son de un vals en dónde nada ni nadie tropieza entre si, y es que s

Sagan no se equivocó al afirmarlo:

< Si estamos solos en el Universo, seguro sería una terrible pérdida de espacio > C.Sagan!


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