jueves, 5 de marzo de 2020

El lado siniestro de la popular Madre de Calcuta.

El negocio de la Madre Teresa era muy sencillo: Dinero para acallar conciencias. Quiénes se beneficiaban al máximo con este esquema eran los donantes… se sentían muy bien. ¿Se beneficiaban de alguna manera los pobres? Difícilmente.

Quienes llegaron a creer que la Madre Teresa quería cambiar el mundo, eliminar el sufrimiento o combatir la pobreza, sencillamente deseaban creerlo por su propia tranquilidad. Esa gente no le escuchó nunca con atención. Ser pobre, el sufrimiento como meta, eran casi como una ambición o un logro para ella, y ella le impuso esta visión de las cosas a quienes tenía a su cuidado.

Ya con fama mundial, la fundadora de la orden tuvo plena conciencia de los malentendidos sobre los cuales su fama se habían construido. Ella misma escribió estas palabra que colgó en el Hogar de la Madre, en Calcuta.

“Decidles que no estamos aquí para trabajar, estamos para Jesús. Somos religiosas por encima de todo. NO somos trabajadoras sociales, no somos maestras, no somos doctoras, somos monjas”.

La madre Teresa de Calcula, canonizada por el Papa Francisco, es un icono occidental de la paz y la fe con un lado oscuro del que no responde el Vaticano. Diversas investigaciones revelan que la monja implantó en sus hogares una "cultura del sufrimiento" de tal manera que los moribundos sólo reciben aspirinas o un ibuprofeno ante un doloroso cáncer terminal. 

Defendía que "el mundo gana con el sufrimiento de los pobres", pero ella fue a un hospital moderno de EEUU cuando requirió cuidados paliativos 

Durante su vida la Madre Teresa abrió 517 misiones de acogida para los pobres y enfermos en más de 100 países. Comenzó su misión en 1950 para atender a los "mas pobres entre los pobres" y los moribundos. Pero sus centros son descritos como "casas de la muerte" por los médicos que las visitaron y trabajaron en ellas en la ciudad de Calcuta, así como por varios voluntarios.  

Una investigación del doctor indio Aroup Chatterjee, plasmada en un libro en 2003, revela cómo Teresa de Calcuta implantó esa "cultura del sufrimiento" en los hogares de las misioneras de la caridad, su organización, donde ataban a los niños a las camas y sólo se dan aspirinas a los pacientes terminales. 

Aún hoy estas monjas se niegan a dar medicamentos a los enfermos por lo general, e incluso se han dado casos de negarse a trasladarlos a hospitales ante una seria infección, como ocurrió recientemente este verano aunque las monjas aseguren que llevan a los pacientes que requieren cuidados especializados a centros sanitarios cercanos.  

Chatterjee cotejó un centenar de testimonios de médicos, voluntarios y escritores para concluir que la monja llevó la simplicidad a tal extremo que permitía prácticas como la reutilización de agujas hipodérmicas, que se lavaran sábanas llenas de heces junto a los platos para alimentar enfermos. 

Este médico indio reconoce que, tras la muerte en 1997 de Agnes Gonxha Bojaxhiu, nombre real de Teresa de Calcuta, los hogares gestionados por la orden comenzaron a tomarse más en serio sus prácticas sanitarias. 

En 1994, Aroup Chatterjee recibió el encargo de ayudar en un documental crítico de Channel 4, de la BBC, titulado El ángel del infierno ("Hell's Angel: Madre Teresa", 1994), presentado por el escritor y periodista Christopher Hitchens. 

En su libro posterior La postura del misionero: Madre Teresa en teoría y práctica ('The Missionary Position: Mother Teresa in Theory and Practice', 1995), el periodista Hirchens, ya fallecido, revela que Teresa de Calcula tenía menos interés en ayudar a los pobres y enfermos que en dedicar sus esfuerzos a la expansión de sus creencias fundamentalistas de la Iglesia católica y romana. 

Ella respondió así a las críticas del Hirchens: "Hay algo hermoso en ver a los pobres aceptar su suerte, sufren como la Pasión de Cristo. El mundo gana mucho de su sufrimiento". 

Defendía que "el mundo gana con el sufrimiento de los pobres", pero ella fue a un hospital moderno de EEUU cuando requirió cuidados paliativos. 

Teresa de Calcuta es una figura política que utilizó su imagen-y su premio nobel de la paz- para lograr propósitos políticos, como su campaña contra el aborto, que le llevó a entrevistarse con líderes políticos conforme a la agenda del Vaticano. 

Los críticos a su figura como Hirchens defienden que el mensaje de su labor es que no se puede hacer nada por los pobres, más allá de quitarlos de la calle y tumbarlos en un jergón para acompañarles en la muerte, mientras ella trataba con indulgencia y recibían financiación de ricos y poderosos. O de criminales despiadados, como del dictador haitiano Jean-Claude Duvalier, Baby Doc. 

"Su manera dudosa de cuidar a los enfermos, sus contactos políticos cuestionables, su sospechosa gestión de las enormes sumas de dinero que recibió y sus puntos de vista excesivamente dogmáticas relativos, en particular, al aborto, la anticoncepción y el divorcio" levantaban recelos. Así se desprende de un estudio de la universidades canadienses de Ottawa y Montreal que analiza el mito de altruismo que rodea al icono de Madre Teresa. 

Loba con piel de oveja. 

Este estudio comenzó con una investigación sobre el fenómeno del altruismo para un seminario de ética. La descripción que aportaba la Iglesia Católica era tan extática que despertó la curiosidad de los académicos. Así lo explicó el profesor Serge Larivée, que junto a Genevieve Chenard, ambos pertenecientes a la Universidad de Montreal, y a Carole Sénéchal, de la Universidad de Ottawa, publicaron a principio de 2013 su estudio en la revista Studies in Religion/Sciences religieuses. 

Los tres investigadores recopilaron 502 documentos sobre la vida y obra de la Madre Teresa, y analizaron el 96% de la literatura sobre la fundadora de la Orden de las Misioneras de la Caridad (OMC). 

Según la investigación, dos tercios de las personas que acudieron a las casas de la orden de Madre Teresa esperaban encontrar atención médica, mientras que el otro tercio sólo esperaba encontrar una muerte en mejores condiciones. Lo que se encontraron los doctores fue una gran falta de higiene, unas pésimas condiciones de atención, alimentación inadecuada y una importante falta de analgésicos. 

No obstante, el problema no era la falta de dinero, pues la Fundación creada por la propia Agnes Gonxha había recaudado cientos de millones de dólares. Más bien el problema resultó ser su particular concepción cristiana sobre el sufrimiento y la muerte.  

Teresa de Calcuta no mostró ningún tipo de reparo en aceptar una beca de millones de dólares del dictador Duvalier en Haití ni en aceptar la Legión de Honor. La millonaria suma fue transferida cuentas bancarias de la Orden de las Misioneras de la Caridad. Pero ella sólo envió oraciones a la India. 

Tras las inundaciones en la India y la explosión de una planta de pesticidas en Bhopal, en 1984, ofreció numerosas oraciones y medallas de la Virgen María, pero en ningún momento envió una ayuda monetaria directa, pese a que su fundación ya contaba con importantes recursos. Se estima que fallecieron al menos 20.000 personas por este escape tóxico. 

Ante estos hechos, el profesor Larivée se pregunta: "Teniendo en cuenta la gestión parsimoniosa de las obras de caridad de la Madre Teresa, uno puede cuestionarse dónde se han ido los millones de dólares que iban para los más pobres de los pobres". 

Iconos de paz: Los académicos también se preguntaron cómo consiguió construir su imagen de santidad y bondad. Y sus investigaciones les llevaron a la reunión que tuvo lugar en Londres en 1968 con el periodista británico de la BBC Malcom Muggeridge, conocido por sus posiciones políticas derechistas y en contra del aborto, algo en lo que coincidían ambos personajes. 

En 1969 el periodista Muggeridge rodó un elogioso documental que pintaba a Teresa como una verdadera santa bienhechora a los ojos del mundo. 

Este periodista -y también espía- publicó un libro que la encumbró: 
Algo bello para dios ('Something Beautiful for God', 1971). 

Premios nobel de la paz
En los años siguientes, y gracias a esta imagen construida, ella pudo viajar por todo el mundo y recibir, entre otros premios, el Nobel de la Paz en 1979. En la gala de entrega, aseveró que "el mayor destructor de la paz hoy en día es el aborto, porque es una guerra, una matanza, un asesinato de la propia madre". 

Después de su muerte, en el momento en el que el Vaticano decidió santificarla, le atribuyeron dos supuestos milagros: la curación del brasileño Marcilio Andrino y de la india Mónica Besra. Está última dijo que después de que Teresa de Calcuta le colocara una medalla se esfumó su dolor abdominal. Sin embargo, lo que la Iglesia consideró "milagro" varios médicos aseguraron entonces que fueron medicamentos y drogas los que hicieron desaparecer el dolor del quiste de ovario y la tuberculosis que sufría. 

Teresa de Calcuta (Agnes Gonxha Bojaxhiu) nació en 1910 en Skopie (actual Macedonia) y falleció en 1997 en India. Fue  beatificada el 19 de octubre de 2003 y canonizada el 4 de septiembre de 2016.


El camino del dinero-

A menudo, aceptaba dinero de fuentes sospechosas como el proveniente de Charles Keating quien fue acusado de fraude en el sistema de cajas de ahorro y préstamos en Estados Unidos.

Cuando ocurrieron inundaciones y explosiones en la India, no ofreció ayuda monetaria y a pesar de que la Madre Teresa declaraba que "El mundo se gana con el sufrimiento de los pobres", ella se atendió en un Hospital de Estados Unidos.

Cuando murió tenía varias cuentas bancarias con millones de dólares que no utilizó para ayudar a los desprotegidos. 

Tomemos de ejemplo a Samity, un hombre de 30 y tantos años, sin dientes, que vive en los barrios miserables. Él es uno de los pobres entre los pobres a quienes se suponía que la Madre Teresa había dedicado su vida. Parado con una bolsa de plástico en las manos, hace cola de un kilómetro de largo junto con miles de otros pobres, en la Calle del Parque en Calcuta. Los pobres esperan pacientemente hasta que los ayudantes les arrojan arroz y lentejas a palazos dentro de unas bolsas. Pero contra lo que se pudiera esperar, Samitry no obtiene su escasa ayuda de parte de la institución fundada por la Madre Teresa -de hecho nunca la ha obtenido- sino de la Asamblea de Dios, una fundación norteamericana de caridad, la que sirve 18.000 comidas cada día.

“¿La Madre Teresa?” nos dice Samitry. “Aquí no hemos recibido nada de ella. Y pregunta en los barrios pobres, a ver si alguien ha recibido algo de esas hermanas. Dudo que encuentres a alguien”.

Pannala Manik se hace preguntas: “No comprendo por qué ustedes, gente occidental educada, ha hecho una diosa de esa mujer”. Manik nació hace más de 60 años en el barrio pobre de Rambagan, que con sus 300 años de existencia es el más antiguo de Calcuta.

Lo que Marik ha logrado, muy bien puede ser calificado como un auténtico milagro.

Ha construido 16 edificios de departamentos en medio de la miseria, proporcionando un espacio para vivir a 4.000 personas. El dinero para los materiales de construcción, equivalentes a 16.000 dólares por cada edificio de departamentos, fue solicitado insistentemente por Manik a la Misión Ramakrishna, una organización hindú de caridad, la más grande de asistencia social en India. Los habitantes de esa villa de miseria, construyeron con sus propias manos los edificios. Esto ha pasado a convertirse en un modelo para toda la India. ¿Qué colaboración obtuvo este hombre de la Madre Teresa?

– “Fui a verla tres veces” dijo Manik. “Ni siquiera quiso escuchar lo que tenía que decirle. Todo el mundo sabe que las hermanas tienen muchísimo dinero ¡pero nadie sabe lo que hacen con él!

No es extraño que en Calcuta existan cerca de 200 organizaciones de caridad ayudando a los pobres. Lo que extraña es que las Misioneras de la Caridad de la afamada Madre Teresa, no se hallen dentro de las mayores colaboradoras en servicios de caridad, lo que contradice la imagen pública mundial de la organización.

La rama más lucrativa de la organización es la del Espíritu Santo en el Bronx de NY. Susan Shields sirvió en la orden durante nueve años y medio como la hermana Virgen. “Nos pasábamos la mayor parte del tiempo escribiendo cartas de agradecimiento y procesando cheques”, reveló Shields.”Cada noche, cerca de 25 hermanas debían invertir muchas horas en preparar los recibos para los donativos. Era como una correa de producción en una fábrica, mientras unas hermanas tecleaban, otras hacían la lista de las cantidades, metían las cartas en los sobres o clasificaban los cheques. Las cantidades oscilaban entre 5 a 100 dólares. Los donantes a menudo dejaban en la puerta los sobres llenos con dinero.

Antes de Navidad, el flujo de donativos era incontrolable. El cartero traía sacos llenos de cartas y los cheques de 50.000 dólares no eran nada extraños”.

La hermana Bigen recuerda que en un año había algo así como 50 millones de dólares en una sola cuenta de banco en NY ¿50 millones de dólares en un país protestante? ¿Cuándo estarían entonces recolectando en Europa o en el resto del mundo, en países con gran población católica? Se calcula aproximadamente que recogían al menos 100 millones de dólares cada año, y eso ha estado sucediendo durante muchos años.

Los gastos secretos

Así como los ingresos de la orden son secretos, los gastos son igualmente misteriosos. La orden difícilmente tiene  en qué gastar tanto dinero. Sus establecimientos son tan pequeños y llaman tan poco la atención, que aun los vecinos tienen problemas para dar con ellos. La mayor parte de las veces, un “Hogar de la Madre Teresa” es tan solo una vivienda para las hermanas, sin funciones de caridad. NO se brinda ahí asistencia de ningún tipo.

Además de los donativos en dinero, la orden a menudo recibe donativos en especies. Cajas y cajas de medicinas arriban diariamente a los aeropuertos de la India. Granos y leche en polvo donados de todo el mundo, arriban en contenedores al puerto de Calcuta, Donaciones de ropa proveniente de Europa y los EEUU. llegan en cantidades inimaginables. En las esquinas de Calcuta, se puede ver a comerciantes vendiendo ropa con etiquetas occidentales por 25 rupias (un poco más de 1 dólar) la pieza. Muchos de ellos gritan: ¡Camisas de la Madre, pantalones de la Madre!

Al contrario de otras organizaciones de caridad, las Misioneras de la Caridad, gastan muy poco en su propia administración, puesto que funciona prácticamente sin costos. Hermanas de 15o países forman la fuerza de trabajo más preciada de todas las operaciones multimillonarias. Habiendo tomado votos de pobreza y obediencia, trabajan sin paga, apoyadas por 300.ooo ciudadanos auxiliares de buena fe.

Todo gratis

La MT veía como un derecho divino el no tener que pagar nunca por nada. Una vez, en Londres, compró en un supermercado despensa y comida para sus monjas por 500 libras esterlinas. Cuando le dijeron que tenía que pagar en la caja, la diminuta y aparentemente inofensiva monjita manifestó su temperamento balcánico y gritó ¡Esto es par ala Obra de Dios! Armó tanto escándalo que un hombre de negocios en la cola terminó por pagar la cuenta de la iracunda monja.

¿Dónde va tanto dinero?

En Inglaterra, país no católico, las autoridades se muestran más rígidas con la orden.
Por eso fue posible saber que cada año, de acuerdo con las declaraciones de la orden ante las autoridades fiscales británicas, una parte de la fortuna que maneja es enviada a cuentas de la orden en otros países, Cuánto y a qué países, no aparece en la declaración.

Destino Vaticano.

Pero uno de los receptores, sin embargo, es siempre Roma. La fortuna de la famosa organización de caridad es controlada por Roma… desde una cuenta del Banco del Vaticano. Y lo que sucede con el dinero en el Banco del Vaticano, es tan secreto que se sospecha que ni siquiera Dios parece saberlo.

Una cosa es segura, Los dispensarios de la MT en los países pobres no se benefician de la generosidad de los países ricos.

La biógrafa oficial de la MT, Kathryn Spink, escribe: “En cuanto las hermanas se establecen en cierto país, la Madre Teresa les retira todo apoyo financiero”. Por consiguiente, las ramas de la orden en los países más necesitados, sólo reciben un apoyo inicial.

La mayor parte del dinero, permanece en el Banco del Vaticano listo para financiar los lucrativos créditos que decide la cúpula cardenalicia.

La orden ha rehusado contestar las peticiones por escrito acerca de dónde se encuentra el dinero de los donativos.

“Debería visitar el Hogar en Nueva York, así entendería lo que sucede con los donativos.” musita Eva Kolodziej. Esta dama polaca fue Misionera de la Caridad durante cinco años. “En la bodega del sótano del refugio para indigentes,  hay muchos libros valiosos, joyería y oro. ¿Qué hacen con ellos? Las hermanas los reciben con sonrisas y los guardan. Mucho de esto ahí queda sin servir y para siempre”.

Los millones en efectivo que recibe la orden tienen un destino similar. Susan Shields (antes la Hermana Virgen) dice: “El dinero no se usaba indebidamente, pero la mayor parte no se usa. Cuando hubo hambruna en Utiopia. Una vez le pregunté a la hermana que estaba  a cargo de las cuentas, si debería sumar los cheques y enviar el total allí. La hermana me contestó “NO, nosotras no enviamos dinero a África” Pero aún así, yo continué haciendo recibos para los donantes “Para Etiopía”.

Para la mente de las hermanas,  las finanzas son camino de una sola vía. “Siempre se nos dijo que el hecho de que recibiéramos más que otras órdenes, mostraba que Dios amaba más a la Madre Teresa” dice Susan. Donativos y cuentas gordas son, para ellas, la medida del amor de Dios. Para ellas, recibir es más sagrado que dar.

Los que padecen son aquellos a quienes originalmente fueron dedicados los donativos. Una vez, como Susan recuerda, los auxiliares cometieron un error de organización, así que nos repartieron pan con las comidas. Las hermanas preguntaron a la monja superiora si podrían comprar el pan. “Ni pensarlo….somos una organización pobre” esa fue la respuesta. “Al final del día los pobres no recibieron su pan, dice Shields, que  muchas veces comprobó casos similares. Una niña no llegó a su primera comunión porque su madre no pudo comprarle su vestido blanco, así que tuvo que esperar al año siguiente, pero conforme se acercaba la fecha, se presentó de nuevo el mismo problema. Susan (la hermana Virgen) le preguntó a la madre superiora si la orden podría comprarle el vestido. Una vez más, su petición fue rechazada. La niña, hoy una mujer, no hizo su primera comunion.

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